lunes, 21 de abril de 2008

Nuevas responsabilidades...


Estimados:


Le informo que a partir de fines de este mes, inicio un nuevo desafío, esta vez en la universidad que me formo como Administrador Público, y en donde asumire como Encargado de Comunicaciones de la Escuela de Gobierno y Gestión Pública de la Universidad de Chile.


Este nuevo cargo me tiene profundamente entusiamado y desde llamo a todos mis amigos y colegas de egresados de nuestra querida Escuela, a contribuir con sus ideas y propuestas para convertirla en un real referente de los temas de Gobierno en América Latina.


Un abrazo a todos..


Gonzalo Luna Negrete..

Propuestas para la Modernización del Estado Chileno: La clave esta en las personas.


La necesidad de reformar el Estado: Un proceso de larga data.


La década de los noventa fue testigo, junto con la caída de los socialismos reales y los procesos de redemocratización en América Latina, Asia y África, de como la mayor parte de las economías mundiales implementaban un amplio programa de reformas económicas de libre mercado, lo cual fue aparejado con la expansión y valorización de la democracia como eje articulador de la mayor parte de sus sistemas políticos.


Este proceso estuvo íntimamente vinculado a la vertiginosa evolución experimentada por las comunicaciones y las tecnologías de información particularmente la de Internet, lo cual redundo en un proceso de globalización económica y social, la cual ha transformado radicalmente la forma en que las sociedades se relacionan e interactúan entre sí. Estos procesos han influido además en campos tan distintos como la política la economía y en la masificación de modos de comportamiento de sus integrantes.


Estas nuevas realidades impulsaron a la mayoría de los gobiernos a revisar el papel que sus Estados debían jugar dentro de este nuevo escenario así como la forma en que estos se vinculaban con sus ciudadanos y la real capacidad de estos en poder interpretar las cada vez más complejas necesidades y demandas de los ciudadanos, todo en el marco de una sociedad democrática.


Nuestro país no ha sido ajeno al proceso de discusión en torno a la estructura y el funcionamiento que debe poseer un Estado moderno. Ya esta se había iniciado con el profundo proceso de reformas económicas y sociales que Chile experimento a partir de mediados de la década del setenta, en donde el Estado Chileno que a lo largo del Siglo XX había jugado un rol central en el desarrollo económico, así como en la provisión de servicios de salud, educación y bienestar social, sufre profundas transformaciones al amparo de la implementación de un sistema económico basado en la libre competencia y la libertad individual, lo cual impulsaría una política de fomento y diversificación de las exportaciones, de reducción drástica de las barreras arancelarias, fomento de la inversión extranjera, junto con la creación de un sistema privado de salud y de pensiones.


En el ámbito de la estructura de la Administración pública, se procedió a una reducción y a una rigurosa política de control del gasto público, así como a un sostenido plan de privatizaciones de empresas públicas, lo que permitió liberalizar entre otros al sector eléctrico y al de las telecomunicaciones, abriéndolos a la competencia y haciendo más eficiente su gestión.

Con el advenimiento en 1990 de los gobiernos de la Concertación, se adoptó un paquete de reformas que tuvo como objetivos principales establecer un servicio público menos burocrático, para lo cual, entre otras medidas, se adaptaron modelos administrativos propios del sistema empresarial, se flexibilizaron e hicieron más rápidos de sus procedimientos, adoptándose junto con ello una filosofía a través de la cual se pretendió entregar un servicio de mayor calidad a los usuarios.


Asimismo, en los últimos diez años, se “importaron” distintos enfoques así como experiencias de modernización del Estado de países como Nueva Zelanda, que han tenido como objetivos principales actualizar los procesos de funcionamiento interno de la administración pública.
En este mismo sentido el Gobierno del Presidente Lagos inicio la puesta en marcha de un ambicioso plan de modernización del aparato estatal, el cual se propuso que se propone mejorar la gestión de los servicios públicos, así como darles una mayor flexibilidad, estableciendo la tecnología, específicamente Internet, como la herramienta a través de la cual se pretendió avanzar en una mayor agilidad de los trámites administrativos.


Todo el proceso anterior tuvo su corolario con la firma en Enero de 2003, de los Acuerdos Político-Legislativos para la Modernización del Estado, la Transparencia y la Promoción del Crecimiento, esto a partir del consenso político alcanzado entre parlamentarios de gobierno y la oposición. Dentro de la llamada “agenda corta” se destacaron la aprobación de la simplificación de procedimientos administrativos, la profesionalización de los funcionarios públicos y la creación de la Dirección Nacional del Servicio Civil, la regulación de compras públicas y el funcionamiento permanente de la comisión especial de presupuesto, entre otros aspectos; así como la voluntad en avanzar en aspectos tales como la modernización de la gestión pública y la descentralización del gobierno interior.


En este sentido, el reciente llamado del Ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, tendiente a hacer esfuerzos conjuntos tendientes a superar la ineficiencia de la gestión del Estado y a hacer una gran "revolución" del aparato estatal, no es mas que el último eslabón de una serie de intentos por reformar las instituciones de lo “público” y hacer con ello mas ágil y eficiente su gestión.


El desgaste de la “marca” Estado.


Sin embargo a pesar de este y todos los esfuerzos que han sido emprendidos desde hace mas tres décadas, es innegable que la ciudadanía a continuado observando al Estado como un ente que no se ha adaptado con suficiente celeridad a las profundas transformaciones que ha experimentado la sociedad.


A pesar de los cambios implementados, estos continuando viendo en el aparato público una falta de capacidad y de voluntad para interpretar sus necesidades y generar un servicio de real calidad.


Todos estos factores han provocado que exista una cada vez mayor desconfianza de parte de los ciudadanos hacia sus instituciones y en algunos casos mas extremos, hacia el sistema democrático en general.


En pocas palabras la “marca Estado”, que era altamente valorada por nuestros padres y abuelos sé a convertido en sinónimo de ineficiencia, burocracia y favoritismo.


¿ Que factores han contribuido a mantener esta situación?: En primer lugar debemos preguntarnos si efectivamente al hablar de modernización del Estado, estamos hablando todos de lo mismo, o si por el contrario estamos ante un conjunto de visiones y proposiciones disímiles por parte de los distintos agentes políticos encargados de emprender estas reformas.
Lo anterior hace imprescindible que todos los actores logren los mayores grados de consenso posible en torno al tamaño y estructura de nuestras instituciones públicas, así como sobre las funciones que estas deben realizar y cuanta mas participación se esta dispuesta a entregar a los ciudadanos en la resolución de los asuntos.


Sin este primer paso, cualquier reforma, por muy eficiente y técnicamente bien diseñada que este, no será mas que un gasto inútil de recursos y energía.


En segundo lugar, y como eje principal de este articulo, debemos preguntarnos si no ha existido un excesivo celo en la implementación de reformas tendientes a mejorar las estructuras administrativas relacionadas con el funcionamiento de las organizaciones públicas, proceso que a demandado una enorme inversión de recursos administrativos y financieros, y que a pesar de los esfuerzos no provoca resultados efectivos en un largo plazo.


Esto tiene que ver con un factor que en mi opinión debe ser considerado como clave en todo proceso de reforma de una institución, independiente de cual sea su naturaleza u origen.


Con esto nos referimos a los funcionarios públicos que componen el aparato del Estado, los cuales han sido un estamento que o bien ha sido subestimado en estos procesos, o bien a sido considerado a priori como un factor que sería incapaz de recoger y asumir los cambios que debe sufrir el Estado en sus objetivos y funciones.


Un conjunto de objetivos a considerar.


¿De que forma puede evitarse entonces que todos los procesos de reformas emprendidos con anterioridad así como las propuestas que el actual Gobierno desea emprender, no terminarán cayendo en una saco vacío?.

1) No basta con diseñar reformas, sino con voluntad política para emprenderlas.


Hemos visto en los puntos anteriores A pesar de los innegables avances experimentados al interior del Estado y sus instituciones, sigue existiendo en gran parte de la ciudadanía la visión que subsiste una real falta de voluntad política y un contexto político desfavorable para cualquier intento por transformar de forma efectiva al aparato público y avanza en ámbitos tan relevantes como la transparencia y la profesionalización de sus cuadros.

La lentitud en la incorporación o derechamente la exclusión de algunos servicios al sistema de Alta Dirección Pública (ADP) como la Dirección del Trabajo (DT) y Chiledeportes; la mantención de lo que algunos sectores políticos han denunciado como una verdadera red de operadores políticos que ha capturado al Estado, lo que habría terminado por desvirtuar el acuerdo de 2003, nos deben llevar a la conclusión que una cosa es el necesario consenso y acuerdo que debe existir en torno a un conjunto de políticas públicas que tiendan al cumplimiento de los objetivos dispuestos a contar con un Estado mas eficiente en el cumplimiento de su misión, y otra muy diferente es que esta sean efectiva e integralmente aplicadas por los actores políticos y administrativos responsables.

Las presiones e intereses de los distintos actores y gremios, la falta de voluntad o la mera ineficiencia de los entes destinados a concretar estas políticas, deben ser factores que no deben ser ignorados a la hora de discutir cualquier intento de reforma en este sentido.

2) Una cosa es reformar la estructura del Estado, una cosa muy distinta es cambiar las visiones de su recurso humano, en especial de sus liderazgos.

Cambios y reformas tan importantes como la creación de una Alta Dirección Pública o experiencias como la digitalización de los procesos del SII hablan de que si es posible contar con un Estado acorde a las necesidades de este nuevo siglo.

Sin embargo casos como los ocurridos en Childedeportes o del Registro Civil, nos hablan de la imposibilidad de lograr un proceso de transformación integral del aparato estatal, si no consideramos su recurso humano. Sin un liderazgo altamente capacitado, motivado y con voluntad de generar los cambios diseñados desde los entes políticos, convierte en letra muerta cualquier normativa o reglamento que vaya en esa dirección.

3) Sin funcionarios públicos adecuados es imposible modernizar el aparato público.

Si el liderazgo es clave a la hora de entender cualquier proceso exitoso de cambio al interior de la Administración Pública, el contar con funcionarios competentes en los cargos adecuados

Se hace imprescindible que junto con continuar con el proceso de reforma de las instituciones que conforman el aparato público, se generen programas que vayan en pos del readiestramiento y capacitación de las capacidades del personal que compone la Administración pública.

Generar asimismo el desarrollo de un plan concreto que agilice los incentivos y ascensos dentro del rígido escalafón que compone la administración pública, contribuiría a generar los estímulos necesarios y permitirían una real profesionalización en el ingreso y los ascensos dentro de la estructura de la administración del Estado.

Además existe la necesidad de contar con un personal especializado, debe ya provenir del ámbito universitario, en donde se forman los administradores y expertos en gestión pública. Estos deben ser los actores clave en este proceso ya que la calidad en la formación que estos reciban contribuirá a la innovación y la eficiencia en los procesos administrativos. La construcción de indicadores de calidad que sean compartidos por todas las universidades y centros de estudios responsables de su formación, sería un paso importante en este sentido.

4) Sin un ciudadano empoderado e involucrado no hay reforma efectiva.

Un mayor protagonismo al ciudadano en la construcción e implementación de soluciones que vayan en directo beneficio de sus necesidades se convertiría en un paso fundamental en la agilización del Estado y sus instituciones. La masificación del uso de las herramientas tecnológicas existentes, no sólo como instrumentos de facilitación de los procesos administrativos sino como palancas que les permita proponer ellos mismos soluciones acordes a su propia realidad, y desarrollar herramientas de fiscalización efectiva, llevaría a las demandas de la ciudadanía a una nueva dimensión.


5) La descentralización debe asumirse como una tarea concreta. La importancia de lo local.

Finalmente el proceso de descentralización del Estado y de su administración pública, propendiendo a un acercamiento de su acción y de sus decisiones a las regiones y especialmente a las comunas que forman parte de estas.


En este sentido, es imprescindible otorgar una mayor importancia al papel de los Gobiernos Locales, tanto en la administración de sus recursos administrativos, humanos y financieros, así como en la participación que les cabe en la implementación de políticas públicas que vayan en su directo beneficio convertirlas en las verdaderas articuladoras de las necesidades de las personas.
El importante nivel de ingresos que actualmente disponen los municipios y la diversidad de actividades que estas realizan y que se encuentran relacionadas con el directo bienestar de las personas, hace mas necesario que nunca reforzar y profundizar tanto los espacios de participación de en la gestión de aquellos proyectos que vayan en directo progreso de la propia comunidad organizada.


El conjunto de objetivos anteriormente descritos debe hacernos reflexionar si en los ámbitos y esferas de de gobierno se tiene conciencia de la necesidad de contar con un Estado y una administración pública que responda a estos principios y que expanda los límites de la capacidad y creatividad de sus ciudadanos.


Sólo con un aparato público eficiente, flexible, abierto a los cambios y enmarcado en la búsqueda de resultados, se podrá lograr un Estado que redunde en un Chile mas desarrollado y con una ciudadanía mas participativa y consciente de sus derechos y responsabilidades.



GONZALO LUNA NEGRETE.

Administrador Público.
Magíster en Ciencia Política.
Universidad de Chile
glunancl@yahoo.com

jueves, 14 de febrero de 2008

A proposito de la alternancia en el poder...


El pasado 10 de Febrero se cumplió un año del tristemente celebre sistema del transporte de Santiago, Transantiago, el cual no solo se a constituido en un permanente dolor de cabeza para el actual Gobierno, sino que además ha representado la ineptitud y la desidia de una coalición que completara en Marzo de 2010, veinte años en el poder.

Lo anterior, sumado a los ya conocidos casos de corrupción que han afectado a altas instituciones públicas, los fallos de proyectos emblemáticos como Ferrocarriles y el mal manejo que el Gobierno de la Presidenta Bachelet ha realizado de temas tan sensibles cono la Seguridad Pública, el crecimiento económico y el conflicto Mapuche han llevado a instalar cada día con mas fuerza la idea de la necesaria alternancia en el poder, la cual tendría su expresión en un cambio de Gobierno desde la Concertación a la Alianza por Chile en las próximas elecciones presidenciales de Diciembre de 2009.

Sin embargo, ¿ podemos hablar que la Alianza tiene asegurada la derrota de la Concertación y por ende del Gobierno?, ¿Podemos hablar de una alternancia automática? La experiencia de las últimas elecciones presidenciales de 2005 (y el negativo resultado de las elecciones municipales que tuvieron lugar un año antes), sumado a la incapacidad por parte de la oposición de llevar un candidato único y la falta de un proyecto común, significo la derrota de una elección que hasta hace algunos meses se consideraba segura.

Esta amarga lección, debe llevarnos a proyectar con cautela una eventual victoria de nuestras ideas ante una Concertación, que aunque crecientemente fragmentada, dividida y que pareciera estar entregando “en bandeja” la opción presidencial a la Alianza; se ha caracterizado por un fuerte instinto de sobrevivencia y de conservación del poder, en donde la practica del intervensionismo electoral ha sido una practica casi común por parte del oficialismo.

Lo Anterior, sumado a la prueba decisiva que serán las elecciones municipales de Octubre próximo, debe llevarnos a plantar los siguientes elementos, entre las que se encuentran:

Que la Alianza por Chile genere los mecanismos que permitan contar con un candidato único para las elecciones presidenciales. El llevar nuevamente e dos candidatos demostró que la votación entre los candidatos de la UDI y Renovación Nacional no es traspasable automáticamente. Un candidato de unidad entre ambas colectividades debe ser una de las premisas básicas, no descartándose un proceso de primarias que otorgue mayor legitimidad al candidato que emerja de este proceso.

Generar un conjunto de propuestas que representen los valores e ideas de la Alianza en su conjunto. La ausencia de ideas populistas o demagógicas que pretenden atraer nuevas votantes ha demostrado no solo ser ineficaz en este propósito sino que incluso a alejado al votante mas conservador que vota tradicionalmente por la Alianza. La construcción de una plataforma que represente nuestras ideas y valores debe ser una base fundamental para que el o la candidata de nuestro sector represente realmente nuestros sueños de un país mejor.

El evitar un clima divisiones y disputas al interior de la Alianza y que sean potencialmente explotadas por la Concertación debe convertirse en un factor fundamental para la buena convivencia entre ambos partidos, respetando sus legitimas diferencias, ambos partidos deben resaltar la unidad de propósitos en torno a lograr un cambio de régimen en nuestro sistema político y generar así una nueva mayoría.

Finalmente el desarrollo de una política de fiscalización a los actos y acciones del Gobierno, especialmente al uso de fondos públicos en época de campañas debe ser continuada por los partidos y dirigentes de la Alianza para así asegurar su mal uso especialmente en el marco de las próximas elecciones municipales.

Solo en el marco de un proyecto que refleje el pensamiento y valores de los miles de militantes, simpatizantes y adherentes de nuestro proyecto de Sociedad Libre, se lograra derrotar a la Concertación, mas que ha través de un “desalojo”, a través de una propuesta que haga de nuestra patria, una sociedad mas libre y justa.


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viernes, 25 de enero de 2008

¿ Hacia un nuevo escenario político?...


Hemos sido testigos hace algunos días, del acuerdo que La Alianza por Chile ha conformado con la bancada de senadores independiente, a partir del cual, se estableció que una de sus figuras encabece el Senado por lo próximos dos años, cuando el actual presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle deje la testera.

Esta resolución establece que el primer período será presidido por Carlos Bianchi, Adolfo Zaldívar, Carlos Cantero o Fernando Flores, mientras que el segundo, en manos de uno de los 16 senadores de la oposición.

Uno de los afectados por este pacto sería el senador socialista Ricardo Nuñez, quien presidiría la Cámara Alta en el próximo período.
Este acuerdo entre aliancistas e independientes, que permitiría superar la mayoría que tiene la Concertación en el Senado, en caso de que ambos bandos votasen en conjunto.
¿ Podemos anticipar que este acuerdo es un sintoma concreto de la tan anunciada reconfiguracióm del sistema político chileno? y mas importante aun: ¿ Que efectos tendrá este acuerdo para la Alianza por Chile, tanto de cara a las elecciones municipales de 2008 y presidenciales de 2009?.

martes, 22 de enero de 2008

La Reforma al Estado: Un desafío pendiente.


Aquí les dejo unartículo que escribí hace algún tiempo para la Revista Realidad, en donde doy aconocer mi visión sobre el Estado y la Adminstración Pública.

En los últimos años hemos sido testigos de cómo el mundo se ha visto inmerso en un proceso cada vez más profundo de globalización, lo que ha transformado radicalmente la forma en que las sociedades se relacionaban e interactuaban entre sí, y además ha influido en campos tan distintos como la política, la economía y en la masificación de otros modos de comportamiento. Este proceso ha ido aparejado de una verdadera revolución de las comunicaciones, especialmente a partir del desarrollo que han experimentado las tecnologías de información, particularmente la de Internet.

En segundo lugar, producto del termino de la guerra fría y de la caída de los socialismos reales, hemos sido testigos de la adopción de reformas económicas de libre mercado a nivel global así como de la expansión y valorización de la democracia como eje articulador de la mayor parte de los sistemas políticos y económicos mundiales.

Esta nueva realidad ha impulsado, por una parte, a revisar el papel que deben jugar los Estados dentro del nuevo escenario mundial, así como la forma en que estos se vinculan con los ciudadanos y sus capacidades de interpretar las cada vez más complejas y múltiples necesidades sociales. Así, durante la última década, se han generado múltiples propuestas e iniciativas tendientes a generar cambios dentro de la estructura y el funcionamiento del Estado, constituyéndose la reforma administrativa en un tema que aún genera debates y expectativas respecto al papel y al rol que le corresponde jugar al Estado dentro de una sociedad moderna y democrática.En nuestro país, la estructura y el funcionamiento del Estado comenzó a sufrir transformaciones radicales a partir de 1973.

Anteriormente, y durante gran parte del siglo XX, el Estado se concibió a partir de un modelo de corte intervencionista, en el que jugaba un rol principal en el desarrollo económico asumiendo tareas de índole empresarial, expresadas en la creación de empresas estatales y asumiendo un rol central en ámbitos como la salud, la educación y el bienestar social.Con el advenimiento del Gobierno Militar, Chile experimentó una serie de profundas transformaciones en la estructura económica, social y política. Entre éstas, debemos destacar la implementación de un sistema económico basado en el libre mercado, lo que permitió establecer una política de fomento y diversificación de las exportaciones, reducción drástica de las barreras arancelarias excesivamente proteccionistas e ineficientes, fomento de la inversión extranjera e implementación de una política de apoyo al sector privado.

Además, se creó un sistema privado de salud y de pensiones, inédito a nivel mundial, lo que diversificó las opciones de elección y permitió un nuevo dinamismo y crecimiento en estas áreas.

Específicamente dentro del ámbito del Estado, se procedió a una reducción de su volumen y a una rigurosa política de control del gasto público, así como a un sostenido plan de privatizaciones de empresas públicas, lo que permitió liberalizar entre otros al sector eléctrico y al de las telecomunicaciones, abriéndolos a la competencia y haciendo más eficiente su gestión.

Con el advenimiento de los gobiernos de la Concertación, se adoptó un paquete de reformas que han tenido como objetivos principales, establecer un servicio público menos lento y burocrático, para lo cual, entre otras medidas, se han adaptado ciertos modelos administrativos propios del sistema empresarial; además, se ha tratado de flexibilizar y hacer más rápidos los procedimientos y las funciones que se realizan dentro del sector público, adoptándose una filosofía a través de la cual se ha pretendido entregar un servicio de mayor calidad a los usuarios.

Asimismo, en los últimos diez años, se han “importado” distintos enfoques así como experiencias de modernización del Estado de países como Nueva Zelanda, que han tenido como objetivos principales modernizar el funcionamiento interno de la administración pública.En este mismo sentido, durante el Gobierno de Ricardo Lagos se propuso un ambicioso plan de modernización el aparato estatal que se propone mejorar la gestión de los servicios públicos, así como darles una mayor flexibilidad, estableciendo la tecnología -específicamente Internet- como la herramienta a través de la cual se pretende avanzar en una mayor agilidad de los trámites administrativos, entregando un servicio de mayor calidad, mejorando así en términos de probidad y transparencia dentro del sector público.

A pesar de estos esfuerzos, es indudable que la ciudadanía ha seguido observando al Estado como un ente que no se ha adaptado con suficiente celeridad a las profundas transformaciones que ha experimentado nuestra sociedad: a pesar de los cambios implementados no existiría una real capacidad para interpretar las necesidades de las personas y entregar un servicio de real calidad.

Muchos aún consideran al Estado como un ente burocrático e ineficiente, más aún al contrastarlo con el dinamismo con que se ha desarrollado el sector privado en las últimas décadas. Todos estos factores han provocado que exista una cada vez mayor desconfianza de parte de los ciudadanos hacia las instituciones que conforman el Estado.Recogiendo todo lo anterior, debemos en primer lugar cuestionarnos si efectivamente estamos en la presencia de un Estado que se ha modernizado, o, por el contrario, sigue realizando tareas que no le corresponden, en forma centralizada, lenta y burocrática y en las que no existe una real disposición de entregar mayores espacios de decisión a los ciudadanos.

Debemos también reflexionar sobre el tamaño y estructura de nuestras instituciones públicas, así como sobre si las funciones que aquéllas realizan son en primer lugar necesariamente sinónimo de una mejor gestión y si estas reformas realmente se hallan apuntadas a interpretar las actuales necesidades de los ciudadanos que demandan, por una parte, una mayor cercanía y eficiencia de parte del Estado en la resolución de sus demandas, a través de un servicio de excelencia, y, por otro lado, una mayor participación en la definición y resolución de los asuntos públicos.

Esto nos lleva a preguntarnos si más que implementar reformas administrativas que aspiren a mejorar las estructuras administrativas relacionadas con el gobierno y las organizaciones públicas, proceso que muchas veces demanda la inversión de una gran cantidad de recursos administrativos, financieros y humanos y que en muchas oportunidades no provoca resultados efectivos en un largo plazo.

Debamos plantear si ya no es hora de propender a una real reforma del Estado que recoja las profundas transformaciones que ha experimentado nuestro país, de forma tal que la democracia y la practica de los valores democráticos se afinquen en la comunidad, potenciando al máximo la participación ciudadana, y su inclusión en los asuntos públicos.

Si efectivamente deseamos alcanzar el ideal de vivir al interior de una sociedad desarrollada económicamente -sin el flagelo de la pobreza- y efectivamente participativa, es fundamental que el Estado reformule profundamente sus objetivos y funciones. Para ello es indispensable que se tenga en cuenta los siguientes principios:

En primer lugar se debe dar una real importancia y un efectivo impulso al tema de la descentralización del Estado y de su administración pública, propendiendo a un acercamiento de su acción y de sus decisiones a las regiones. En este sentido, es imprescindible otorgar una mayor importancia al papel de los Gobiernos Locales, tanto en la administración de sus recursos administrativos, humanos y financieros, así como en la participación que les cabe en la implementación de políticas públicas que vayan en su directo beneficio.

En este mismo sentido, se debe reforzar el papel de las Municipalidades, avanzando en una normativa que permita convertirlas en las verdaderas articuladoras de las necesidades locales, otorgándoles espacios que les permitan promover la participación ciudadana en la gestión de aquellos proyectos que vayan en directo progreso de la propia comunidad organizada.

En segundo lugar, se debe entregar un mayor protagonismo al ciudadano en la construcción e implementación de soluciones que vayan en directo beneficio de sus necesidades. Para eso, se debe reforzar y ampliar el uso de la tecnología, no sólo como un instrumento que permita generar mayor rapidez en los procedimientos que se realizan en el ámbito estatal, sino que debe convertirse en una palanca efectiva de servicio a la comunidad.

En un mundo cada vez mas globalizado y competitivo, se hace imprescindible incentivar a los ciudadanos para que sean partícipes y no espectadores, para que sean capaces de generar por ellos mismos soluciones acordes a su propia realidad, y para que sean fiscalizadores de las políticas públicas. Conjuntamente, se debe continuar dando cada vez una mayor importancia a los Cuerpos Intermedios que componen la sociedad, convirtiéndolos en verdaderos protagonistas y receptores de las demandas de la ciudadanía.

Un tercer principio es la necesidad de tender a un aparato estatal y a una administración pública en los que se valoren los resultados y no los procesos, en los que exista de parte de sus funcionarios una alta voluntad y motivación de servicio. Para lograrlo, es decisivo generar incentivos, y avanzar en una real profesionalización en el ingreso y los ascensos dentro de la estructura de la administración del Estado, evitando discriminaciones de índole política. Como el Estado ha sido efectivamente un instrumento para pagar favores partidistas, se debe llegar a una verdadera “meritocracia”, en la que se premie a los mejores y se sancione a quienes no alcancen los resultados esperados.

En cuarto lugar, está la valoración que el Estado debe dar a la capacidad emprendedora y creativa del sector privado, tanto como fuente creadora de riqueza, así como eje del desarrollo económico y social del país.

De ahí que se hace imprescindible que el gobierno reinicie el proceso de privatizaciones del resto de las empresas estatales, proceso que se halla hoy estancado debido en gran parte a la desconfianza que aún subsiste respecto de los empresarios a nivel gubernamental y a la mantención de una absurda confianza en el rol empresarial que aún muchos asignan al Estado. Eso lleva a descartar la consideración de las altas utilidades que podrían reportarle al Estado las ventas de empresas públicas como CODELCO, las que podrían ser invertidas en programas sociales destinados al combate de la pobreza o a la creación de fuentes de empleo.

Recogiendo estas propuestas debemos finalmente preguntarnos si en las esferas de gobierno se tiene conciencia de la necesidad de contar con un Estado y una administración pública que responda a estos principios o si aún en muchos de sus personeros subsiste un rechazo al actual esquema político y económico y una mentalidad estatista que todavía sueña con un Estado intervencionista y sobredimensionado, que actúe como la única instancia de resolución de los problemas y necesidades de la gente.

Sólo con la convicción de un aparato público reducido, eficiente, flexible, abierto a los cambios y enmarcado en la búsqueda de resultados, se podrá lograr una sociedad realmente libre, en la que el Estado adopte un rol subsidiario que permita la existencia de un sector privado fuerte y de ciudadanos participativos y conscientes de sus derechos y responsabilidades dentro una sociedad moderna.

GONZALO LUNA NEGRETE.
Administrador Público de la Universidad de Chile

Bienvenidos a mi Blog!!..


¡ Por fin tengo mi propio Blog!, lo que en un primer momento pareció una moda pasajera, se ha transformado en una verdadera necesidad de comunicación para millones de personas en todo el mundo..
Personalmente la tecnología nunca me atrajo hasta hace algunos años atras en que fui testigo del explosivo desarrollo de la Internet y como esta a permitido tanto a personas, grupos y aosciaciones comunicarse entre si y dar a conocer sus pensamientos, visines y posturas en medio acerca de todo y todos.. convirtiendose a la utopica aldea global de la que
tanto hablaron nuestros abuerlos y padres en el pasado en una realidad cada vez mas concreta...
Es por eso que a través de este blog, quiero hacer mi modesto aporte a esta nueva forma de vivir y pensar, contándoles un poco a cerca de mi, mis actividades, pensamientos y expresarles mi visión acerca de esta mundo cada vez mas cambiante y porque no decirlo, cada vez mas desconcertante..
Un abrazo a todos mis amigos del "Ciberespacio"...
GONZALO LUNA NEGRETE.